Luego de siete días desaparecidos en alta mar, aún a bordo de su barcaza, este domingo en Pichilemu, fueron encontrados los dos pescadores de la región del Bío-Bío que se encontraban desaparecidos.
Se trata de Rodrigo Cruz García y Diego Cruz Guzmán, padre e hijo respectivamente, quienes fueron derivados luego del rescate en buenas condiciones hasta el hospital local de la capital mundial del surf.
La intensa búsqueda fue comandada por la Armada de Chile, con el apoyo de pescadores locales, además de otros voluntarios e instituciones.
Gracias al trabajo conjunto entre la autoridad marítima y pescadores artesanales de la Isla Santa María y, de otras zonas del país, los dos tripulantes del bote “Alexia Esperanza II” fueron encontrados con vida por pescadores de Pichilemu.
El capitán de corbeta litoral, Osvaldo Cuadra, capitán de Puerto de Coronel, dio a conocer que a eso de las 05:20 de la madrugada, a tres millas náuticas de Punta de Lobos, área de Pichilemu, los dos tripulantes fueron encontradas con vida. En el lugar se les prestaron los primeros auxilios subiéndolos a bordo para darles, agua y alimento. Destacó el trabajo conjunto entre la autoridad marítima y, los pescadores artesanales que permitió que se llegara a un final feliz, con un rescate exitoso, lo que permitirá que se puedan volver a juntar con sus seres queridos. “Se encontró al garete a esta embarcación, prestando los primeros auxilios, y subiéndolos a bordo para darles alimentos, agua y comida. Ambos ya se encuentran en tierra, en Pichilemu, y fueron llevados hasta un centro asistencial de la misma localidad”, dijo el capitán.
En voz de los rescatados, dieron a conocer que un día más de demora en la búsqueda, la historia hubiese sido otra, con un triste final, sin embargo, los esfuerzos realizados por todos los equipos de rescate permitieron que puedan contar esta historia con un final feliz, calificando el hecho como un verdadero milagro.
Cabe recordar que padre e hijo el domingo pasado, a eso de las 13:00 horas, salieron a trabajar en sus labores de pesca, sin embargo, una falla en el motor de la embarcación hizo que fueran arrastrados por la corriente marina a más de 400 kilómetros desde el último punto, Isla Santa María.
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